Violencia en el fútbol

Violencia en el fútbol

Arde la barra de Chicago: punteros, una bala que no salió y la promesa de venganza

El conflicto entre dos facciones casi estalla el sábado, en el partido ante Guillermo Brown de Puerto Madryn: hubo un enfrentamiento con la policía, con piedras, balazos de goma y casquillos de balas de plomo. Una historia que involucra a un sindicato, un políticos e incluso negocios inmobiliarios.

1 de agosto de 2023 12:08:00

Un sindicato, un puntero de Ciudad Oculta, una barra dispuesta a todo, políticos y policías en el medio y hasta futuros negocios inmobiliarios. Los ingredientes perfectos de un cóctel explosivo en la zona suroeste de Buenos Aires, que estuvo a punto de estallar el sábado pasado, cuando Nueva Chicago recibió a Guillermo Brown de Puerto Madryn por una nueva fecha de la Primera Nacional. De milagro, una de las facciones de la barra llegó temprano y ya estaba dentro de la tribuna República de Mataderos pertrechada para la guerra.

Cuando llegó la otra, con 150 hombres dispuestos a todo, la Policía que tenía el dato de lo que se venía la enfrentó. Hubo piedras, balazos de goma, casquillos de balas de plomo y un aire irrespirable que también afectó el ingreso de muchos hinchas comunes que sólo querían ver a su equipo. Por suerte, increíble lo que hay que escribir, el hecho no dejó más que 11 heridos porque la muerte rondó por Mataderos en un sábado violento que tiene más que ver con los negocios de los barras con los punteros políticos y sindicales que con el fútbol propiamente dicho.

La barra de Chicago siempre tuvo tres grupos diferentes y todos jugando al mismo tiempo para los distintos partidos políticos de la Ciudad. Y quién domina la tribuna es quién se queda con el mayor de los negocios. Por eso, cada tanto aparecen los tambores de guerra y dejan un reguero de sangre. Esta vez, la mecha que encendió el conflicto tuvo que ver con una pelea en el Sindicato de la Carne que dirige Fabián Ochoa y que históricamente tuvo relación con la facción Los Perales que es el barrio que está justo detrás del estadio. De hecho un histórico integrante de la barra como Ariel el Gusano Pugliese trabaja como guardaespaldas allí. El tema es que desde que se mudó el Mercado de Hacienda a Cañuelas, también hay tierras muy codiciadas. Y el sector de la Oculta buscó tener injerencia allí. Por eso, el lunes pasado el puntero más poderoso de la villa, Rubén Brizuela, alias Pocho, y actual hombre fuerte de la barra del club, fue hasta el sindicato a negociar con Ochoa. Quería más espacio para su gente. Y, como no consiguió su cometido, sacó un arma y le gatilló dos veces en la cabeza pero el percutor se trabó y el tiro no salió, por lo que los custodios de Ochoa intervinieron y lo echaron del lugar. Dos días más tarde el sindicalista hizo la denuncia y Brizuela terminó detenido. Mientras el capo de los trabajadores matarifes pensaba que la caratula sería tentativa de homicidio y eso lo dejaría tras las rejas, el puntero mostró tener buenos contactos y sólo fue acusado por amenazas calificadas, que tiene un mínimo de dos años de prisión, por lo que es excarcelable, por lo cual pasó apenas un día detenido y recuperó su libertad. Y, cuando salió, juró venganza.

Así, al día siguiente y en una publicación insólita, desde el Instagram de la barra de Nueva Chicago llegó un comunicado tratándolo a Ochoa de "patotero, cagón, de pedir plata para no denunciar y amenazar con que vale todo menos mandar en cana". Esto ocurrió el jueves pasado y rápidamente Ochoa supo que había que equilibrar las fuerzas. Entonces recurrió a un viejo grupo de la barra de Chicago con sede en La Tablada de armas tomar. Y pactó con un viejo líder, Luis Ruiz, alias Luisito, para que traiga desde Provincia un ejército dispuesto a ganar la tribuna. Porque ya se dijo, quién tiene el estadio tiene el grueso de los negocios. Tal era la tensión que hubo una recomendación de la Policía para que el partido se jugara a puertas cerradas, previendo una batalla de resultados inciertos. Pero el Comité de Seguridad de la Ciudad decidió no dar el brazo a torcer y parar a los bandos fuera del estadio. Lo cierto es que el grupo de Oculta que tiene el apoyo del grueso del barrio Los Perales primereó y copó la tribuna. Y cuando llegó la facción de La Tablada la Policía supo que, si ingresaban, iba a terminar muy mal. Así, durante más de 20 minutos hubo una batalla afuera del estadio hasta lograr repelerlos. Brizuela, insólitamente, desafiaba a todos mostrándose en un jogging rojo furioso, para que nadie tenga dudas de que estaba allí y que era el dueño de la situación.

Fuente TyC Sports

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