Tenis
El ex número 3 del Ranking de la ATP contó además las dificultades económicas que pasó y cómo de chico "a veces su padre no comía para que alcance"
11 de mayo de 2021 10:05:00
En el primer lustro de los años 2000 una generación dorada elevó al tenis argentino al primer nivel mundial. Uno de sus referentes fue Guillermo Coria, cuya carrera se terminó con 27 años por falta de motivaciones. Sin embargo, su camino estuvo marcados por difíciles situaciones que él mismo reveló. Desde circunstancias dramáticas en su niñez hasta la frialdad que vivió en sus inicios en el circuito internacional.
En una entrevista con el programa Vivo el domingo de A24, el Mago, como se lo conoce al santafesino, confesó: "De chiquito no tenía todo lo que quería. Mi familia clase media baja, muy baja y luchadora. Mi viejo profesor de tenis y mi mamá ama de casa. Dependíamos de lo que le ingresara a mi viejo. Si llovía una semana entera no había un mango. Al alquiler siempre llegábamos con lo justo. Comida nunca nos faltó, pero sé que mi viejo comía un poco menos para cuidarnos a nosotros".
Coria, que llegó a ocupar el puesto número 3 del Ranking de la ATP en 2004 y 2005, recordó: "Desde los 13 años me crié solo en Europa. Cuando era chico dormí en el piso, me cagué de hambre y de frío. Por eso ganar esos primeros torneos, firmar el primer contrato y poder comprarle la primer casa a mis viejos no tiene precio. Que no suframos más con el alquiler. De no estar a siete días de tener que pagar y no tener la guita".
Hoy, a sus 39 años disfruta de su familia. En este punto, reveló que sus propios hijos se sorprendían a diario por su apodo. "Mis hijos no entendían por qué pasaban partidos donde jugaba papa. En casa no tengo trofeos ni raquetas. Pero les resultaba raro que me pidan autógrafos o fotos. Incluso en casa se enojaban conmigo porque me dicen Mago y ellos me decían 'pero papá por qué te dicen Mago si vos no hacés ningún truco ni nada. Sos un mago trucho. La mamá le tuvo que explicar. En los cumpleaños mi nene le gritaba a los magos de los cumpleaños '¡Vos no sos mago! ¡Mi papá es mago!'". En tanto, sobre la crianza expresó que trata "de no ser tan exigente" con sus hijos.
El oriundo de Rufino fue un fiel exponente de un grupo de notables que integraron Gastón Gaudio y David Nalbandian, entre otros. Con el Gato Gaudio vivió momentos de tensión con algunas discusiones y hasta jugaron una histórica final en Roland Garros en 2004, donde ganó el bonaerense.
Sobre aquel encuentro, reconoció: "Gracias a la final perdida con Gaudio pude darme cuenta de otras cosas, de cambiar como persona, de expresar un poco más las cosas que uno va sintiendo. Antes, durante y después de la final soñé que la ganaba. Soñé también que volvía a vivir la situación y tomaba otras decisiones", agregó. Y aclaró que con Gaudio no eran "grandes amigos".
En 2006 su rendimiento cayó y perdió el rumbo, pero algo más importante: la motivación por el juego. Sobre por qué colgó la raqueta tan pronto aseguró: "Me retiré joven porque perdí la pasión y el hambre de gloria". Además, sostuvo que "el tenis no es machista y está muy cerca de la igualdad". Admitió que "toda la vida hubo propuestas para arreglar partidos". Y en un ranking local indicó que se coloca "entre los 10 mejores de la Argentina".
Fuente: Infobae
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